Un momento para meditar

“…de vez en cuando y por un lapso de toda la mañana o de una tarde entera, sumérgete en baños de soledad y silencio”. La frase la dijo un anónimo, pero lo que plantea es muy interesante.

La soledad puede volverse encantadora si sabemos sacar lo mejor de ella. Es más, si sabemos dominar la soledad con razonamientos y pensamientos podríamos incluso afirmar que entonces no es soledad. El estado de soledad puede brindarnos cuantiosos beneficios, siempre que sea un acto voluntario.

Trucos para meditar

Hay varias formas de practicar la soledad, una muy interesante es la de relajarse con meditación casera. Solo se requieren de veinte minutos, una música tranquila y la disposición de encontrarse con uno mismo. Podemos hablar de un “break” o “recreo” para relajarnos y dejarnos llevar. Los pasos son sencillos, no cuestan dinero e implican un breve lapso de tiempo.

  1. Escoger una música suave, lenta y armoniosa (una buena opción es buscar en Spotify música de meditación).
  2. Asegurarnos de que habrá silencio a nuestro alrededor y que no seremos interrumpidos durante nuestra sesión. Caso contrario cabe la posibilidad de conectarnos los auriculares para que estos sirvan de barrera sonora.
  3. Recostarnos en un lugar confortable y en una posición cómoda. Siempre se recomienda boca arriba, con brazos y piernas estirados y las palmas de las manos mirando hacia el techo.
  4. Realizar como mínimo tres inspiraciones profundas, dejando entrar el aire por la nariz y exhalando por boca.
  5. Dejar que la imaginación fluya, pensar en un color especial, cubriendo nuestro cuerpo. Imaginarnos en algún lugar de nuestro agrado y siempre manteniendo el ritmo de una respiración calmada. Existe algo llamado “el rio de las ideas”, consiste en dejar correr nuestros pensamientos de manera tal que solos se van conectando unos con otros.
  6. Usa tus sentidos. Para ello es bueno plantearse preguntas como ¿Qué escucho? (los latidos de mi corazón, mi respiración, etc.) ¿Qué siento? (el rose de las sabanas, el contacto con la almohada, el pelo en mi cabeza) ¿Qué sabor tengo en mi boca? ¿Qué huelo? ¿Puedo ver incluso con los ojos cerrados?

Instar a estos momentos de encuentro personal no significa que las relaciones sociales sean perjudiciales. Solamente es un aliento a la búsqueda del equilibrio en la vida. Muchas veces nos enredamos en problemas, no solo en los nuestros, sino también en los ajenos. Nos acostumbramos a vivir de una manera atolondrada, sin tiempos y alterados. Ante la falta de tiempo nos olvidamos de lo importante de la vida: sentir. Los sentimientos son el camino a los poderes interiores de la mente. Dentro del proceso, constituyen la parte de mayor importancia. Esta breve meditación es una práctica de la soledad que si se realiza correctamente lleva a una sensación de importante y saludable bienestar. La búsqueda de la armonía interior, el contacto con uno mismo, son maneras de estabilizarnos emocionalmente, que, con la práctica cotidiana, nos ayudan a hacerlo a nivel social.